sábado, 9 de abril de 2011

"Mudanza"

Si yo hiciera una lista señalando los personajes de la Biblia que por ningún motivo querría ser, Saúl aparecería en los primeros lugares. Porque, ¿quién querría ser un rey al que Dios toma para ilustrar la rebeldía? Como en muchos casos, Dios utiliza imágenes para representar la lección y Saúl es una de ellas. Su imagen nos habla de la tendencia del hombre para guiarse por las apariencias y, tan sólo por su estatura, el pueblo judío lo señala como un buen candidato para ser su rey. El momento de gloria del pobre rey Saúl es tan corto como lo fue su obediencia y sujeción al Señor. Vencido más de una vez por la ansiedad y el miedo, el rey optó por tomar las cosas en sus manos aplicando su criterio antes de consultar a Dios sobre sus designios. La cobardía se convierte en una de sus características y el amor al poder lo atrapa.
Pero, ¿acaso Dios lo eligió para fracasar en la tarea? Mi respuesta inicia cuando la Biblia señala que "Dios mudó su corazón" y el "Espíritu de Dios vino sobre él con poder" (1 Samuel 10:9-10). A pesar del mal comienzo de su reinado, pues estaba reemplazando el lugar de Dios, El transformó su corazón y lo dotó de poder con Su Espíritu. Pero, tristemente, Saúl va dando tumbos a lo largo de su reinado tras el anuncio de que el Señor ya había elegido a su sucesor y su reinado terminaría.
La historia de Saúl en el primer libro de Samuel me hizo recordar las ocasiones en que, después de ver milagros y transformaciones extraordinarias en la vida de la gente que recibe a Cristo, al paso del tiempo su vida en la fe comienza a decaer y hasta he llegado a cuestionarme sobre si su conversión ha sido genuina. Y encuentro que, al igual que Saúl, Dios cambia nuestro corazón pero la desobediencia comienza a alejarnos de Su Voluntad y la falta de fe hace que no sea Dios el que de la dirección sino el temor a los retos y el deseo de mantener el control sobre nuestra propia vida.
Al analizar el reinado de Saúl comprendo en mucho la vida mediocre en Cristo que muchos cristianos hemos llegado a vivir y, me pregunto, ¿Cuándo he desplazado el poder del Espíritu de Dios y he intentado resolver mis batallas conforme al mío? En tu vida, ¿qué poder usas en tus luchas?. . . ¡Piénsalo bien!

No hay comentarios:

Publicar un comentario