martes, 10 de enero de 2012

"A cada quien"

Por alguna razón, tendemos a buscar convertir la Voluntad de Dios en ecuaciones o reglas cuadradas. Cuando, desde el comienzo de la historia, Él nos muestra que trata a cada uno según su propio plan y necesidad.
Así encontramos que, en el pecado cometido por Eva y después por Adán y, con participación de la serpiente, Dios le va anunciando a cada uno el castigo por su falta.
Pero, olvidando esa primera lección, muchas veces nos atrevemos a sugerir o anticipar la condena a quienes descubrimos en el error y hacemos parecer que Dios tuviera un tabulador fijo para sancionar de manera idéntica a cada infractor.
Si bien es cierto que Dios señaló en los diez mandamientos aquellas reglas sobre las que debemos conducir nuestras acciones, la manera en que Dios nos reprenda o el momento en que lo haga dependerán sólo de Su tiempo y Voluntad.
Como padres de hijos adultos, cuando sólo nos queda ser observadores en los tiempos en que ellos viven olvidando los mandamientos de Dios, podemos confiar en que Él los hará volver al buen camino, a Su modo y a Su tiempo.

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