domingo, 26 de febrero de 2012

"Relaciones difíciles"

En cuanto la gente ve el tamaño de Lorenzo, además de sentirse cautivada por sus ojos azules, preguntan si no es difícil mantener a un animal de su tamaño y, contra lo que todos asumen, a últimas fechas, me encuentro con la dificultad de convencerlo para que coma.
Y es que, mi grandulón, inició una etapa de inapetencia o, al menos al principio, así lo pensé.
Sin importar el esmero, variedad o calidad de los alimentos que pusiera frente a él, la actitud resultó la misma: ¡No, gracias! Así que, a los pocos días de tanta negativa, mi perro adolescente comenzó a perder peso y verse desganado.
Antes de lograr la victoria, para variar, mi existencia se complicó con el segundo evento de cirugía en la familia y mis ausencias se alargaron y nuestras caminatas disminuyeron. Y Lorenzo, con cara triste, continuó rechazando cualquier platillo, por más aromático y exquisito que pareciera. Para rematar, un viaje de cuatro días, me obligó a dejarlo a cargo de un familiar. ¿El resultado? Un perro que, a pesar de los mejores intentos, se mantuvo en ayuno voluntario por dos días consecutivos.
Ahora, las cosas en casa están volviendo a lo más parecido a la “normalidad” y, Lorenzo y yo, hemos empezado a tener un poco más de tiempo para caminar y acompañarnos. Y, con un poco de paz, he comenzado a observar un cambio en él. Si me mantengo a su lado al momento de comer, lo hace con más gusto y hasta termina su dotación.
Entonces recordé a mi madre. ¿Acaso no se anima cuando yo la acompaño, a pesar de su prolongada estancia en el hospital? Sí, pude recordar el cambio en su semblante cada vez que entro a la habitación y descubrí que, hasta el tono de su voz, se alegra.
A ella, al igual que a Lorenzo, no le gusta la soledad.
Así que, si ahora alguien me preguntara, por enésima vez, si no es difícil tener a un Gran Danés, tal vez voltearía y le preguntaría a Lorenzo: ¿Es difícil vivir con alguien como yo, Lorenzo? Y estoy segura que, hasta con la más benevolente de sus respuestas, lo escucharía decir: ¡Es difícil es vivir con alguien que, sin ton ni son, aparece o se va!
Lorenzo, como siempre, me has hecho pensar y comprender a los demás, los que me rodean y me cuestiono: ¿Cómo se sienten al vivir junto a alguien. . .como yo? 

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