jueves, 26 de enero de 2012

"La voz"

Jacob, a partir del capítulo 37 de Génesis, pasa a segundo plano y permite a José, hijo que tiene con Raquel, entrar en escena y no de la mejor manera.
Aunque es el favorito del padre, lo que trae la antipatía de sus 11 hermanos, con sus sueños irrita a todos en la familia. Su “lealtad” al padre, a quien cuenta las malas conductas de sus hermanos, tampoco lo hace más popular y se convierte, de hecho, en algo que marcará su historia de desventura y, que inicia, al ser arrojado a un pozo y vendido como esclavo por ellos.
Y, otra vez, Jacob es engañado por los suyos cuando le hacen creer que, José, ha sido devorado por las fieras. Una tragedia, sin duda, pero se suma a la que vive Rubén, el mismo que antes mancilló el lecho de su padre cuando se acuesta con su concubina Bilha, y quien parece haber recobrado la conciencia.
En un intento por detener la iniciativa de los hermanos de acabar con José, les propone echarlo a una cisterna en el desierto con el secreto plan de volver por él más tarde. Los hermanos aceptan pero, fuera de su vista, éstos lo venden a unos mercaderes que encuentran a su paso.
Su voz, la única entre los 11 hermanos, intentó detener lo que terminaría en tragedia familiar. Se levantó para oponerse pero, aparentemente, no con la suficiente firmeza para impedir el plan. Todos contra uno y fue vencido. Por segunda vez, como primogénito, falla a su padre Jacob. Debe vivir con ese remordimiento y el peso de la secreta mentira.
Veo a Rubén y nos miro en él a muchos de nosotros, cristianos, intentando con poca convicción y firmeza levantarnos contra la mayoría que se oponen a las cosas de Dios. A veces, levantamos la voz pero, tan dubitativa y débil, que las tragedias como abortos, adulterios y tantas cosas que Dios dice que están mal, siguen ocurriendo a nuestro alrededor.
Nuestra sociedad, como Jacob, sufre las consecuencias de la maldad y, nuestra postura, muchas veces y tristemente, es como la de Rubén. Pero, ¿está registrado en nuestra conciencia o guardamos algún remordimiento? No lo sé. . . tendría que pensarlo.

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